martes, 4 de diciembre de 2007

Deseo

Oigo tus pasos que se acercan a mí, lentamente, como si en cada uno de tus taconeos dejaras atrás todo aquello de lo que te desprendes, aromas incluidos. Te acercas decidida, con ese contorneo que te caracteriza, y ese particular bamboleo de caderas que me incita a observarte sin objeciones.

Llevas puesta la blusa que te regalé, la que muestra impúdicamente el inicio de mis deseos, el sitio dónde mi imaginación inicia su particular viaje, lentamente, gozando del disfrute de los sentidos, envolviendo cada uno de los poros de mi piel.

Te miro y me miras. Deseo a velocidad prohibida.

Tu respiración acelerada muestra una agenda demasiado apretada y ese anhelo que nos envuelve en cada una de nuestros encuentros. Esos mismos que nos dan vida, que nos instan a querer ir más allá, a subir más y más arriba… A tocar las estrellas.

Te deseo más allá de las palabras.

Me muestras tu lado más sensual en cada uno de tus gestos, tan simples como necesarios cuando te abres a mi… Me abres tu mundo, me abres tus puertas… las que vives a cada instante. Tu vida.

Pierdo la voluntad y el poco sentido que me queda.

Me deseas, me lo muestras con cada jadeo, pidiendo que te haga sentir aquello para lo que has luchado, la libertad que llevas en las entrañas y esos gritos hasta ahora inaudibles, por lejanos y acallados, por miedo…

Pierdes la pintura que te redefine… conviertiendote… reconvirtiendote.

Dejo que mis manos circulen a placer por los pliegues de tus sonrisas, las que se dan en los hallazgos más insospechados. Aquellos que nacen y mueren en los sentidos y en los secretos que aún proteges.

Viajo en tus vaivenes, desgranando una a una las sensaciones que nos unen y nos incitan a volver atrás y querer más.


Te deseo largamente, sin pausas ni finales. Te deseo intensamente.

No te vayas.

1 comentario:

Pekas dijo...

Brllante... sensual... y muy sugerente... Una buena tarjeta de presenatación en forma de palabras desde el deseo ...

Un beso con sabor a montañas...