Oigo arañazos arrancando el asfalto, sin tregua. Golpes secos de tambores que ensordecen anhelos y enmudecen sensaciones.
Noches y días, seguidos de más días y noches con el mismo sabor, del mismo tono… Zigzagueos temporales que terminan siempre en el mismo punto, un punto que parece finito, aunque nunca se alcanza. Corre, corre más aprisa.
Las hojas secas invaden las calles, sorteando farolas solitarias y perros que buscan cobijo. Invaden aceras, bancos e incluso algunos portales sin conserje… Mantos de otoño que espían almas.
Árboles que miran de reojo, adolescentes que entran en salas de ilusiones y taxistas que curan el aburrimiento imaginando curvas infinitas, mientras conducen por calles iluminadas de silencios, ahora más solitarias que nunca.
Una lágrima lucha por romper la noche y cumplir desafíos. Hacer añicos las barreras que ocupan espacios restringidos. Volver atrás y enmendar aullidos.
Tu mirada en mi piel. Mis sueños en tus manos. Vuelve.
4 comentarios:
Me gusta tú forma de escribir... seguiré dejándome caer por tú jardin... :-)))
Me gusta esa foto... ;-)))
Buenas palabras mi amiga... y espero que pronto caiga la nieve y cubra esas hojas secas y vuelva la calma de esa montaña blanca que sin viento no despierta y el sol devuelve su belleza.
has pensat d'escriure un llibre... jo me'l llegiré! ;)
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