jueves, 7 de marzo de 2013

Esta tarde me he puesto a escribir. Con mi maleta a cuestas, con mis vivencias y mis ausencias. Y, como siempre, creyendo que las palabras tienen muchísimo más valor del que les acostumbramos a dar... 

Este texto es para un concurso... ¿Qué os parece?




Te quiero! 

Salió como un tiro, veloz, gutural, desde las entrañas. Un auténtico tesoro.


Lua lo miró, conmovida. Y, sin pensárselo dos veces, lo abrazó. Solo eso, ninguna palabra, sólo el gesto. Para Milo eso era un sueño que significaba un "yo también" precioso!


En su país no era demasiado habitual oír hablar. Se entendían con gestos y miradas... la comunicación no verbal se tornaba crucial para poderse relacionar. Todo era más puro, más sincero. Más simple.



En Motlandia cada palabra tenía un valor infinito. Cada una que utilizabas hacía disminuir el saldo en tu libreta bancaria. Dependiendo del número de letras, costaba más o menos yaks, la moneda en curso. Sin dinero no había palabras. Así funcionaba...

Era un país curioso, con muchas sonrisas y llantos, con abrazos y encajadas de manos. Y muchos silencios. De vez en cuando alguna carcajada sonora se esparcía por el aire, como el canto de los pájaros en verano. Era música...

El piel a piel de Lua y Milo se diluyó por las manetas del reloj hasta que la claridad disminuyó y supieron que había llegado el momento de decirse adiós. Se miraron unos instantes, cogidos de la mano, buscando esa chispa que solo se percibe cuando miras desde los más profundo de tu ser.

Las vacaciones agotaban fuerzas y los kilómetros de distancia hacían cola por multiplicarse. Sin posibilidad de cartas o llamadas, su relación parecía que se terminaba casi antes de empezar.

Pero la vida real, la que sientes a flor de piel y que te acelera las pulsaciones a grandes zancadas... no está escrita. Para ellos nada había terminado. Al contrario. Su futuro tendía a infinito, como una autopista dónde los límites de velocidad no están escritos y los arcenes pueden servir de almohadilla para hacer la vertical.

Sonando "Life", In a Time Lapse de Ludovico Einaudi

6 comentarios:

Historias de montaña dijo...

Genial!

Besos!

Anónimo dijo...

Marededéusenyor...
M'ha encantat!!!!!

Anónimo dijo...

Crec que és el relat teu que més m'ha emocionat!!! Amb quina força transmets!!! No hi ha paraules!

Rosana dijo...

El mundo debería ser como Motlandia, así la gente pensaría y mediría mejor sus palabras antes de soltarlas...

Muy chulo el minicuento!

Pekas dijo...

Las palabras siempre han tenido su precio...por eso vale la pena pensarlas (y sentirlas) antes de "soltarlas" sin más...

Un bonito cuento... que es mejor describir sin palabras.. ;-)

PD.- "Critica constructiva".. si lo quieres presentar a un concurso, hay un par o tres de cosas que a nivel de construcción y de composición quizás deberían ser revisadas (que no cambiadas...)
Te las cuento por priveé... ;-)

Becki dijo...

HISTORIAS: Gracias!!!!! ;)

MARTA: Merci bonica... comentaris com els teus m'esperonen a seguir escrivint. GRÀCIES!!!!!!!

RO: Seguro que el mundo sería de otra manera... un besote bonica!!!!

PEKAS: Merciiiii!